Un equipo de científicos ha presentado el primer mapa digital de la geología terrestre, afirmando que podría servir de guía para la explotación de petróleo y gas, para el establecimiento de minas o para enterrar los gases de efecto invernadero.
El modelo, disponible en el portal www.onegeology.org muestra el mundo sin vegetación, ni agua, ni suelo ni trazos humanos, incorporando datos de institutos geológicos en 83 países en un corte transversal a nivel planetario. "Simplemente hemos liberado lo que ya existía", afirma Ian Jackson, jefe de operaciones del Instituto Británico de Búsqueda Geológica, coordinador del mapa, y que cree que podría ser de utilidad pública, además de servir a los intereses de muchas empresas.
"Las rocas bajo tus pies tienen un poderoso impacto en los recursos, minerales, de dónde sale tu energía, el azar al que te enfrentas, y por último, pero no por ello menos importante, en el cambio climático", comentó en una comida durante un congreso internacional en Noruega.
El mapa podría servir para identificar áreas aptas para explotaciones mineras o petrolíferas y riesgos de corrimientos de tierra y terremotos, además de ayudar a entender la formación de las aguas subterráneas.
Este mapa también podría ayudar a localizar rocas porosas para almacenar gases del efecto invernadero. Según el comité de Naciones Unidas, esta idea podría ser una de las principales formas de lucha contra el calentamiento global durante este siglo.
RECURSOS Y ACUÍFEROS
Hasta ahora, el proyecto cubre el 70 por ciento de la tierra. Los territorios sin identificar incluyen áreas como India y partes de África. Reino Unido y Francia han contribuido con 600.000 euros al proyecto y todos los países proporcionaron los datos de forma gratuita. Jackson indicó que el mapa podría ayudar a países ricos en recursos minerales, como Sierra Leona o Afganistán, a obtener inversiones extranjeras, en un momento en el que las economías crecientes como China aumentan la demanda de materias primas. El mapa podría además ayudar a los países a adaptarse al calentamiento global identificando las fuentes subterráneas de agua.
La arcilla que hay bajo la ciudad de Londres, por ejemplo, se hincha con la lluvia causando desplazamientos de terreno, que dañan los edificios provocando pérdidas por 300 millones de libras (379 millones de euros) cada año. Los cambios en las lluvias relacionados con el cambio climático podrían agravar la situación.
En muchos países, los mapas se utilizan para cuidar los recursos acuíferos, por ejemplo identificando dónde podría afectar a las reservas de agua el derrame tóxico de una fabrica cercana.
Fuente: La Flecha
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