jueves, 21 de abril de 2011

Proyecto MODELLING

En colaboración con los profesores Jeremy Harvey y Adrian Mulholland de la Facultad de Química de la Universidad de Bristol (Reino Unido), la Dra. Julianna Oláh, becada por el programa Marie Curie, estudió un tipo de enzimas denominadas citocromos P450. Expertos en la materia indican que estas enzimas participan en la eliminación de moléculas farmacológicas del organismo.


Cuando un paciente consume una pastilla, el torrente sanguíneo absorbe las moléculas activas a través del intestino y las trasporta por todo el organismo hasta que alcanzan las células objetivo. No obstante, estas moléculas no permanecen en el organismo para siempre. Existen enzimas que contribuyen a la descomposición de las moléculas activas para lograr su expulsión mediante lo que se podría definir como una limpieza del proceso.


Los citocromos P450 son enzimas de este tipo. Su evolución les ha capacitado para tratar todos los compuestos extraños al organismo que el metabolismo normal no logra descomponer, como proteínas, lípidos o carbohidratos.


El equipo informó que las enzimas P450 se encuentran sobre todo en el hígado y contribuyen a la eliminación de moléculas farmacológicas mediante la adición de oxígeno a las mismas. Aunque el proceso suele funcionar sin problemas en la mayoría de las situaciones, algunas moléculas devienen en variantes oxigenadas tóxicas. La función normal de las enzimas P450 también puede verse afectada por otro tipo de moléculas.


Es básico conocer mejor la reacción de cada molécula ante esta enzima, y con este propósito el equipo de Bristol ha modelado los mecanismos reactivos que motivan la interacción entre un fármaco concreto (dextrometorfano) y una variante P450.


"Nuestros cálculos mostraron que el resultado del proceso de transferencia de oxígeno (a qué parte del dextrometorfano se le añade oxígeno) viene determinado por tres factores", indicó el profesor Harvey. El primero es la forma en la que la molécula se une a la enzima ("acoplamiento"). El segundo es la capacidad intrínseca de cada parte de la molécula para aceptar oxígeno. "El tercero es el grado de compatibilidad entre cada proceso de administración de oxígeno con la forma del bolsillo ("pocket") de la enzima en el que se produce la reacción", añadió.


Los dos primeros factores se conocían, pero el tercero es nuevo. Este descubrimiento puede servir para que los químicos dedicados a la farmacéutica puedan diseñar nuevas moléculas farmacológicas con un conocimiento más preciso de su posterior descomposición en el organismo.


Fuente: laflecha.net

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