jueves, 19 de enero de 2012

Encuentran los planetas más pequeños del universo conocido

Con los datos del observatorio espacial Kepler de la NASA, los astrónomos hallaron tres pequeños planetas orbitando alrededor de la estrella llamada KOI-961, una enana roja con un diámetro seis veces más pequeño que el del Sol. Los tres parecen ser rocosos, como la Tierra, aunque orbitan demasiado cerca, con lo que la temperatura es demasiado caliente como para que pueda existir agua líquida, uno de los elementos fundamentales para la vida.

De los más de 700 planetas confirmados que orbitan otras estrellas, denominados exoplanetas, sólo unos cuantos son rocosos, sin embargo, la NASA destaca que puesto que las enanas rojas son el tipo más común de estrella en la Vía Láctea, este descubrimiento apunta a que, pese a que sean menos comunes, la galaxia podría estar llena de planetas rocosos similares. Kepler vigila más de 150.000 estrellas en busca de planetas o candidatos a planetas, que detecta por el descenso en el brillo de los astros causado por el cruce o tránsito de planetas.

El principal investigador de la misión Kepler en el Instituto de Ciencias Exoplanetarias de la NASA en Pasadena (California), John Johnson, confirmó que es 'el sistema solar más pequeño encontrado hasta ahora'. Johnson señaló que, este sistema se parece más a Júpiter y sus lunas, que a cualquier otro descubierto hasta ahora, lo que demuestra 'la diversidad de sistemas planetarios en nuestra Galaxia'.

El anuncio del descubrimiento se hizo durante la reunión anual de la Sociedad Astronómica Estadounidense, que este año se celebra en Austin (Texas).

Fuente: laflecha.net

lunes, 16 de enero de 2012

Un gen puede hacer a los deportistas más propensos a las lesiones

Un estudio multicéntrico en el que ha participado el Instituto de Biomedicina de la Universidad de León (Ibiomed) ha probado que los deportistas que el gen se manifiesta en la forma XX, además de presentar valores de fuerza menos claros, son más propensos a sufrir daño muscular al realizar ejercicio excéntrico.

El estudio se efectuó sobre 37 futbolistas de dos equipos participantes en la primera división del campeonato nacional de Brasil, a los que se "genotipó" para comprobar si poseían la forma XX del gen y se les sometió, entre otras, a una prueba para medir los marcadores de inflamación existentes en su sangre tras un entrenamiento excéntrico que tuvo lugar durante el periodo de pretemporada. A partir de este procedimiento se concluyó que los que presentaban XX tenían un mayor daño muscular.

Aunque la práctica del fútbol no supone un excesivo gasto energético, es un deporte muy exigente desde el punto de vista muscular, por lo que los expertos suelen proponer entrenamientos excéntricos para evitar las lesiones que se producen, por ejemplo, en las frenadas. "Muchas veces, cuando el futbolista frena el músculo se contrae, pero a esa contracción se opone una resistencia superior a su fuerza de frenado. Y entonces se produce la lesión muscular", explica a DiCYT el investigador.

Este tipo de ejercicio puede ser perjudicial para los fubtolista con la expresión XX, por lo que sería mejor diseñar para ellos un entrenamiento en el que se les someta a menos carga, pero de una manera más frecuente que en los atletas con la expresión positiva. De Paz ha añadido, no obstante, que una vez que se produce una lesión, todos los atletas evolucionan de una forma similar.

La fuerza, relacionada con este gen, es un factor importante a la hora de realizar deporte y un profesional que trabaje este campo podrá moverse mejor o hacerlo de una forma más potente, lo que le ayudará a mejorar sus resultados deportivos. Las diferentes investigaciones que se han llevado a cabo con este gen han revelado que las personas de raza negra tienen en menor número su manifestación desfavorable, algo que puede contribuir a sus éxitos en deportes donde prima este factor.

La fuerte carga muscular en el fútbol

El ciclismo o algunas pruebas atléticas de resistencia dentro del atletismo son bastante más exigentes desde el punto de vista del gasto energético que el fútbol. Sin embargo, un ciclista puede competir durante varios días seguidos, y no así un futbolista.

Esto es porque el fútbol es un deporte muy exigente desde el punto de vista muscular, entre otras cosas por el efecto biomecánico del chute, por las constantes frenadas que ejecuta un futbolista o por la acción opositora del rival. José Antonio de Paz asevera que, una vez que se retiran de la alta competición, los futbolistas suelen sufrir trastornos como la artrosis, debido a estas peculiaridades de su deporte. Una manera de evitar sus efectos negativos es seguir trabajando la fuerza, pues cuanto más músculo tenga una persona, la artrosis producirá menos dolor, afirma.

Fuente: laflecha.net

viernes, 13 de enero de 2012

Una hormona identificada recientemente transforma la grasa mala en buena

En un artículo publicado en Internet por la revista Nature, científicos dirigidos por Bruce Spiegelman en el Instituto del Cáncer Dana-Farber de Boston (EE.UU.), demuestran que la hormona se produce de forma natural en ratones y seres humanos. Hace que las células se transformen de grasa blanca, es decir, glóbulos que sirven como reservas de calorías en exceso, en grasa marrón, que genera calor.

Debido a que la hormona está presente tanto en ratones como en humanos, Spiegelman especula que pudo haber servido como defensa evolutiva contra el frío mediante la activación de temblores. La ha nombrado 'irisin', en honor a la diosa mensajera Iris, que en la mitología griega permitió a los humanos comunicarse con los dioses, ya que el ejercicio parece "hablar" con varios tejidos en el cuerpo a través de irisin.

Los ratones que recibieron irisin perdieron algunos gramos en los primeros 10 días después del tratamiento, según muestra el estudio, y ciertos genes involucrados en la alimentación de la célula se activaron. Irisin también pareció reducir el daño causado por una dieta alta en grasas, protegiendo a los ratones contra la obesidad y la diabetes inducidas por dicho tipo de dieta, según indica el artículo, cuyo primer autor es el becario postdoctoral Ponto Boström.

Los investigadores aún tienen que calcular el grado de beneficio que podría proporcionar irisin a una persona con diabetes u otros problemas de salud, afirma Spiegelman, que también es profesor de biología celular y medicina en la Escuela de Medicina de Harvard (EE.UU.). "Soy optimista", asegura. "Simplemente no quiero prometer demasiado y dar menos de lo que se espera".

Fuente: laflecha.net